Los miedos son nuestra gran lucha y conflicto interior, a veces queremos hacer algo pero no podemos, nos quedamos paralizados, otras veces culpamos al sistema, a la situación, al otro, otras huimos de la situación o de la persona. y ¿porque? primero porque es nuestro instinto de supervivencia y es un automatismo creado para eso mismo sobrevivir.
Aunque en nuestra vida moderna ya no hay lobos que se nos coman y tengamos que luchar para sobrevivir, si tenemos el programa del automatismo que funciona de la misma manera. Ahora a veces son solo palabras que nos dicen otras personas, desde su emoción, creencias y forma de pensar tras sus aprendizajes y experiencias vividas. Que al darles el poder y aceptarlas como algo nuestro entramos en la emoción del otro y la hacemos nuestra.
Nuestra educación, nuestro sistema familiar y social hace que vivamos en el miedo, porque la sociedad, instituciones…viven en el miedo. Que buscan, para hacer que? te llevan a ser el mejor, el primero porque si no no eres nadie. Ese miedo a no ser alguien nos produce desvalorización, miedo a no ser aceptados ni reconocidos y claro todo esto hace que luchemos contra nosotros y los otros que a la vez culpamos. Es más fácil culpar que responsabilizarnos de nosotros mismos, buscar fuera que buscar dentro…
Porque no todos podemos ser los primeros en una carrera, hay primero, segundo, tercero…pero lo importante es que todos formamos la carrera y si solo hay un primero no hay carrera. Cuando podemos entender que todos somos iguales y a la vez diferentes empieza el respeto y con él, termina la lucha y el miedo.
Si no hay miedo ni lucha hay paz mental, tranquilidad y convivencia en coherencia eso se transforma de dentro hacia fuera y de forma sistémica a mi alrededor. Empiezo a considerarme una gota de agua que es parte del mar y a la vez es el propio mar. ¿Como una gota de agua de mar luchará con el mar si es mar? todas ellas forman el mar reconociéndose y respetándose porque todas son un todo dentro de un todo más grande.
Tal vez la metáfora del mar y la gota haya sido explicita para comprender que todos nos consideremos gotas iguales y diferentes para vivir en paz interior. Aunque hayan días de tormentas y días de calma siempre tenemos la opción de vivirlos desde la tranquilidad interior de uno mismo o desde la lucha, el desasosiego y la ansiedad. Al final la decisión, la responsabilidad de mi vida y como la vivo es solo mia.