Una experiencia emocional puede ser buena o mala según como la vivas, un mal recuerdo, un error, una preocupación…seguro que tienes alguna experiencia con una emoción que no te gusta demasiado y te encantaría cambiar.
Lo que nos despierta una emoción no es el hecho en sí, sino la interpretación que hagamos del mismo. Eso explica porque dos personas reaccionan diferente ante un mismo acontecimiento, como por ejemplo un fracaso amoroso, de un proyecto…uno puede estar machacando se durante un tiempo indeterminado, mientras que el otro lo considera como un aprendizaje y pasa página.
Por eso mismo somos capaces de reinterpretar una experiencia transformándola y encajando la mejor, desde una forma más saludable. ¿Como? dejándonos de excusas, culpas y asumiendo la equivocación ya que somos humanos y nos equivocamos como todos. Tras darte el permiso de aceptar lo ocurrido, permitiendote ver desde otra posición puedes ver otra perspectiva y cambiar la emoción, no la situación, ya que no podemos cambiar el pasado si nuestra interpretación de lo sucedido.
A veces el problema surge porque no somos capaces de reconocer la emoción, podemos tener miedo, enfado y no saber qué palabras poner, tal vez te ayudaría preguntarte ¿qué sensación me genera esta situación? . Esto te ayudará a reconocer, aceptar y dejar de verlo como un problema y contemplarlo como un desafío, algo que tengo que aprender. dándote cuenta de que las cosas que te dañan son parte de uno mismo a la que le das un poder limitante, cuando tienes muchas otras experiencias potenciadoras, saludables y todas las capacidades para transformar y vivir en plenitud.
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