La conciencia podría definirse como lo que está detrás de todo acto perceptivo, por lo tanto, la cualidad misma de la experiencia.
Como terapeuta desde la PNL tras mi experiencia y estudios realizados por otros investigadores, nos enfrentamos a que toda nuestra experiencia, todo lo que podemos conocer, no es más que nuestra toma de conciencia. No juzgare ni entraré si ya existe o no una realidad independiente de nuestra conciencia, no conocemos las cosas directamente sino que las conocemos como fenómenos dentro de nuestra mente, decodificados a través de nuestros aprendizajes.
El método científico de un observador que analiza a una persona en una sesión de terapia de manera externa, diré bajo mi juicio que es imposible. En ese preciso momento eres parte del campo de la sesión, la persona acompañada te da información que se la devuelves y eso hace que cambie su percepción. Dicho de otra manera, física cuántica lo observado cambia. Por lo tanto, no puedes ser solo investigador en una sesión.
La gente a veces viene a mi terapia triste, con rabia porque le ha dejado su pareja, ha perdido el trabajo y le gustaría que tú le dieras soluciones. Eso no funciona así, porque hasta que no tomes conciencia de tus actos no puedes modificar, cambiar patrones comportamientos que nos te llevan a ningún sitio. Mi trabajo es que pongan atención en tu propia vida, para que llegues a tu aprendizaje, toma de conciencia, porque eso es lo esencial.
Para no ser juez, ni solo observador externo y si ser acompañante, tienes que mantenerte en un estado de conexión y fluidez, donde no hay juicios, no hay ni comportamientos buenos ni malos, solo intenciones positivas del sujeto acompañado y poco a poco, el otro puede tomar conciencia de sus propias emociones, del porqué, del para qué y así él mismo, poder cambiar, mejorar y no autoengañarse en conseguir cosas que no tienen que ver con la propia visión o no dependen de uno mismo.