Las enfermedades aparecen con las emociones no expresadas, produciendo efectos psico-emocionales en la humanidad, que aumentan y se agravan por el estilo de vida y la mala alimentación.
Para sanar de cualquier enfermedad, son necesarios los siguientes cambios:
- el cambio de actitud nos lleva a dejar de sentirnos víctimas para hacernos responsables, dejar de ser pasivas para ser activas, empezando a autogestionar la enfermedad como protagonistas mediante el empoderamiento. No esperemos que nos curen, es necesario algo de inconformismo y de rebeldía para tomar nuestras propias decisiones y dirigir nuestras vidas.
- un cambio de estilo de vida, simplificándola y dejando el estrés. Asimismo, es necesario sustituir los patrones establecidos por nuestra experiencia vivida y comprendida, que nos ayudará a decir “no” sin sentirnos culpables.
- Es fundamental el cambio de hábitos que nos perjudican, especialmente el de la alimentación, una alimentación que nos depure el hígado de tóxicos, entre ellos los de la medicación, que nos aporte energía, alcalinidad, que nos estimule el sistema inmune, y que sea antiinflamatoria y antioxidante.
Nadie quiere estar enfermo, sentir tristeza, rabia, frustración…No está en nuestras manos elegir lo que sentimos, pero sí lo que hacemos con ese sentimiento.
“- Deja que se vayan, Lucía – dijo la abuela desde algún lugar
– ¿Quiénes?
– ¡Las lágrimas! A veces parece que son tantas que sientes que te vas a ahogar en ellas, pero no es así
– ¿Crees que un día dejarán de salir?
– ¡Claro! – respondió la abuela con una sonrisa dulce -. Las lágrimas no se quedan demasiado tiempo, cumplen con su trabajo y luego siguen su camino
– ¿Y qué trabajo cumplen?
– ¡Son agua Lucía! Limpian, aclaran… Como la lluvia. Todo se ve distinto después de la lluvia”
(Fragmento de “La lluvia sabe por qué” de María Fernanda Heredia).
¿Por qué rechazamos tanto lo que sentimos? Nadie quiere sentirse mal. Se ha puesto tanto énfasis en la búsqueda de la felicidad y en el pensamiento positivo, que corremos el riesgo de olvidar que, para ser personas plenas, debemos ser capaces de sentir plenamente; necesitamos aprender a sobrellevar los momentos difíciles y las emociones negativas, como la tristeza o cualquier otra emoción, existen para acompañarnos durante esos momentos.