La fuente del amor está en lo profundo de nosotros, y podemos ayudar a otros a sentirse muy felices. Una palabra, una acción o un pensamiento pueden reducir el sufrimiento de otra persona y traerle alegría. Una palabra puede aportar comodidad y confianza, destruir la duda, ayudar a alguien a evitar un error, reconciliar un conflicto o abrir la puerta a la liberación.
Una acción puede salvar la vida de la persona o ayudarle a aprovechar una oportunidad única. Un pensamiento puede hacer lo mismo, porque los pensamientos siempre conducen a palabras y acciones.Si el amor está en nuestro corazón, cada pensamiento, palabra y hecho puede producir un milagro.Como la comprensión es el fundamento del mismo amor, las palabras y las acciones que emergen desde nuestro amor siempre son de ayuda.»Thich Naht Hanh»
Cuando tengas mucho miedo de adéntrarte en una relación, cuando eleves tus barreras porque sientes que alguien se está acercando cada vez más a tu alma, solo recuerda…
Que atraerás a lo igual a ti, desde el miedo…. Puedes desnudar tu cuerpo, tener sexo una y otra vez, como lo hace todo el mundo, el verdadero reto en tu vida estará el quitar las barreras y abrir tu alma, exponerte plena y totalmente, desde tus miedos, desde la incertidumbre y desde tus sueños e ilusiones.
Pero si tu bajaras tus barreras y alguien lograra mirar tu corazón, descubriera tu esencia maravillosa, podrías tener la experiencia más sublime, más trascendente de tu vida.
La ley de la correspondencia dice: ¡Que solo recibimos en proporción a lo que somos capaces de dar en calidad y cantidad! Si quieres recibir amor, la regla es sencilla, «ama», si quieres mucho amor, solo ama sin restricciones y sin temor…
Si quieres riqueza…. ¡Da, comparte, comparte desde la abundancia, no desde la miseria, pide por otros y por ti y se verá reflejado en tu existencia divina!»